Colby Brown
Fotógrafo de viajes y humanitario
Colby Brown
Colby Brown es fotógrafo profesional, profesor de fotografía y escritor. Vive en Denver, Colorado (Estados Unidos). Está especializado en la fotografía de paisajes, de viajes y humanitaria. De su trabajo se desprende que combina su pasión por la naturaleza con su fascinación por la diversidad cultural del mundo. Cada una de sus fotografías cuenta una historia de cómo es la vida en nuestro planeta.
"Compré un billete de ida"
Es posible que Colby Brown sea el fotógrafo de viajes más innovador, el más sagaz para los negocios y el que tiene más criterio propio. Ha trabajado para National Geographic, Sierra Club, la Cruz Roja, Sony, Toshiba, Canon, Phase One, Wacom y muchos más. Participó en la fundación de una ONG que trabaja en la reconstrucción de Haití. Además, es escritor, profesor, padre de familia y emprendedor. Todo esto es el fruto de una gran planificación, pero también es cierto que todo lo que Colby es hoy en día empezó prácticamente por casualidad. Si hay alguna forma "normal" de convertirse en uno de los mejores fotógrafos del mundo, Colby hizo justo lo contrario.
Con doble nacionalidad canadiense y estadounidense desde su nacimiento, Brown parecía destinado a viajar. Empezó a recorrer el mundo a los 17 años y fue tomándose algunos semestres libres para viajar, hasta que se licenció con una diplomatura en Empresariales y una licenciatura en Administración y planificación de emergencias. ¿Por qué eligió una licenciatura tan poco común y específica? Porque parecía que toda la gente que conocía estaba encontrando empleos que no tenían nada que ver con lo que habían estudiado, así que no quería perder el tiempo. ¿Por qué no estudiar algo que le permitiera ayudar a las personas? Su vocación humanitaria ya se estaba manifestando.
Después de graduarse, a Colby solo le interesaba seguir viajando. Sirvió copas, fue camarero y ahorró casi todo lo que ganó, porque no se compraba nada y se alojaba en casa de sus amigos. En esos momentos, la única cámara que tenía era una Kodak 6490 de 4,1 MP. Colby sabía que no quería dejar de viajar, pero había que hacerlo de forma responsable y dejar de aprovecharse de sus amigos y familiares.
Según recuerda, "Básicamente, decidí que quería ser fotógrafo. ¿Qué me lo impedía? Compré un montón de libros y empecé a formarme por mi cuenta mientras recorría la Columbia Británica y hacía muchas fotos realmente malísimas".
Todos los días, revisaba su trabajo y usaba su propio sentido crítico para comprender por qué 99 de cada 100 fotografías eran malas y por qué el 1 % restante era excepcional. Cuestionaba la psicología que escondían las imágenes, su composición y la exposición. Con el tiempo, desarrolló una visión creativa única. Tenía claro qué le gustaba, por qué y dónde podía mejorar.
Casi medio año después de terminar su formación autodidacta, Colby se despertó una mañana y decidió viajar al sudeste asiático porque nunca había estado allí. Se compró un billete de ida. La mujer que se sentó a su lado en el avión era una escaladora de Wyoming que iba a celebrar su boda, pero se había quedado sin fotógrafo en el último momento.
"Cinco meses después de coger mi primera SLR digital", comenta Colby, "convencí a esa mujer de que me contratase. Mi primer trabajo remunerado fue una boda budista tradicional en un pueblo rural del sur de Tailandia que estaba rodeado de tribus locales. Fue increíble. Lo más importante es que me dio confianza para creer que lo que estaba empezando a plantearme era posible, aunque iba aprendiendo sobre la marcha".
"Lo esencial es la profesionalidad y la calidad de fabricación que proyectan estos discos duros, y que quedan claras al compararlos con cualquier otro".
"Siempre ha sido un proceso"
Aunque Colby es el primero en criticar sus primeros trabajos, dice que, incluso por aquel entonces, la fotografía no tardó en convertirse en una vía de escape, algo distinto de los intereses de su juventud, "los deportes e ir detrás de las chicas". En la fotografía, encontró una nueva perspectiva práctica e incluso metafísica. Para él, la creatividad y la capacidad de compartir la fotografía son aspectos "adictivos" y "catárticos", aunque nunca desarrolló esa distinción que hacen los estetas entre arte y negocio. Para Colby, son dos caras de la misma moneda.
"En el sector de la fotografía, tendemos a obsesionarnos con los resultados, como conseguir grandes imágenes emblemáticas o el equipo que tenemos. Para mí, lo importante siempre ha sido el proceso creativo, tanto capturar una escena como procesarla. Creo que muchos artistas enfocan el aspecto de negocio con una actitud un tanto negativa, y que realmente hay que cuidar las relaciones personales y tratar a los demás lo mejor posible. Se trata de conectar con la gente, buscar la forma de colaborar para ser más creativos y aprovechar las oportunidades".
Esta búsqueda de colaboración y oportunidades ha llevado a Colby por caminos poco convencionales desde el punto de vista profesional. Durante los seis primeros años de su carrera como fotógrafo, era usuario incondicional de Apple, al igual que casi todos los profesionales creativos de su nivel. Con el tiempo, sin embargo, fue sintiéndose más incómodo con la dirección que estaba tomando Apple con iOS y empezó a pensar que le "limitaba". Otro gran inconveniente de Apple es que daba la sensación de que todos los fotógrafos usaban iOS y OS X, mientras que Android, el sistema de Google, estaba ganando mucha popularidad, por mucho que el mundo de la fotografía no quisiera verlo. Colby aprovechó esta oportunidad para empezar a hablar con Google y pronto estuvo en contacto con vicepresidentes de líneas de productos y prestándoles servicios de consultoría. De hecho, ayudó a Google a mejorar la función HDR de Google Glass.
Cuando se abrió esa puerta, otros fotógrafos siguieron sus pasos. Después de ver que Windows ME y Windows Vista "no eran satisfactorios", Colby no tenía claro si le iba a dar otra oportunidad a Windows. Uno de sus mayores patrocinadores acababa de lanzar una tableta que funcionaba con Windows y estaba diseñada para profesionales creativos. Colby decidió jugársela y montó un ordenador con procesador Intel Core i7 que le costó una cuarta parte de lo que valía un Mac Pro por aquel entonces. Empezó a usar Windows 8, y ahora le "encanta". Tanto le gusta que nos dice que la estabilidad es uno de sus puntos fuertes, un aspecto que lo diferencia de los Windows anteriores.
"Todas mis experiencias son increíbles"
Colby Brown es, que sepamos, el único embajador de SanDisk Professional que usa sistemas Windows y dispositivos Android en lugar de soluciones de Apple. Reconoce que esto ha hecho que "a veces sienta que es la oveja negra del mundo de la fotografía, sobre todo entre los fotógrafos más reconocidos". Claramente, los profesionales creativos tienen predilección por Apple. Lo vemos incluso en los productos de almacenamiento de SanDisk Professional, que salen de fábrica preformateados con HFS+ para que funcionen con un Mac desde el primer momento.
Si se conecta uno de esos discos a un ordenador con Windows, el sistema no lo reconocerá al momento. Por suerte, Colby descubrió que, para que un disco de SanDisk Professional funcione en un ordenador con Windows, solo hay que seguir unos pocos pasos que figuran en las instrucciones del producto, y que el ajuste lleva menos de un par de minutos. Es una pequeña molestia, pero Colby está dispuesto a lidiar con ello para poder usar los productos de almacenamiento con Thunderbolt que le recomiendan tantos amigos y compañeros de profesión.
"Siempre me han hablado muy bien de la atención al cliente de SanDisk Professional", comenta. "Además, me fijo en la profesionalidad y la calidad de fabricación que proyectan estos discos duros, y que quedan claras al compararlos con cualquier otro disco duro. Tengo un cajón lleno de discos duros externos normales y resistentes. La mayoría funcionan bastante bien en varias situaciones, pero, si les pides demasiado, ves que no están hechos para resistir mi ritmo de viaje ni los lugares extremos en los que trabajo. Con los productos de SanDisk Professional solo he tenido buenas experiencias, ni un solo problema. Para mí, saber que no tengo que preocuparme por los discos duros que me llevo es un gran alivio".
Colby añade que confía en los discos de SanDisk Professional por los mismos motivos que cualquier otra marca con la que trabaja: eficiencia y eficacia. "Si una empresa me ofrece productos que me ayudan a trabajar mejor como fotógrafo, director creativo o emprendedor, quiero trabajar con esa empresa y usar sus productos", comenta. Como ahora tiene que pensar en su joven familia y pasa por lo menos cinco meses al año viajando, toda mejora en eficiencia y eficacia implica pasar más tiempo jugando con su hijo o planeando su próximo paso atrevido ―y probablemente inconformista― como visionario creativo.
Los embajadores de SanDisk Professional son líderes en sus respectivos campos que usan productos SanDisk Professional en su trabajo diario. Los embajadores de SanDisk Professional reciben una compensación por su participación.
Los discos duros externos SanDisk Professional son una parte de una estrategia general de copia de seguridad. Se recomienda a los usuarios conservar dos o más copias de seguridad de sus archivos más importantes en dispositivos separados o distintos servicios en línea.